¿Para qué leer un libro, o ser culto? Eso y más reflexiona Gabriel Zaid en sus ensayos que cambiarán la forma en la que lees

Los demasiados libros es una obra que destapa el mundo detrás de un libro. Se extiende para cuestionar lo que significa leer, pero también dialoga con los humanos que habitan (o no) el universo literario. En ese camino paralelo, discute la industria y se abre en datos de inagotable curiosidad, con un compromiso que no olvida y atinadamente señala José Emilio Pacheco en la contraportada. El sector privilegiado con estudios universitarios "nunca ha llegado a saber realmente lo que es leer".
Cuando uno lee algo, se abre en miradas antes desconocidas. Y surge un desenfrenado interés
por saber más, por el disfrute pero también para indagarse a uno mismo y encontrar respuestas con preguntas que inquietan. En el peor de los casos, aparece la pretensión por quién ha leído más o mejor, cuando la lectura es todo menos competencia. Eso también ofrece este libro, la presunción por querer ser culto, al ignorar que leer sirve para mejorarnos. No sólo individualmente, sino para considerar lo que otros necesitan expresar, para escucharlos y ver si se les puede ayudar.
"Después de leer cien, mil, diez mil libros en la vida, ¿qué se ha leído? Nada. Decir: yo sólo sé que no he leído nada, después de leer miles de libros, no es un acto de fingida modestia: es rigurosamente exacto, hasta la primera decimal de cero por ciento. Pero ¿no es quizá eso, exactamente, socráticamente, lo que los muchos libros deberían enseñarnos? Ser ignorantes a sabiendas, con plena aceptación. Dejar de ser ignorantes, para llegar a ser ignorantes inteligentes".
En su escritura, Zaid tiene un poder de observación que deslumbra desde la aparente sencillez. Parece como si dijera cosas simples con sus ideas, cuando detrás de ellas hay reflexiones únicas y, me atrevo a decir, reveladoras. Su escritura es como un libro, acerca lo escondido para admirar y platicar. Así como comparte el placer, lo hace también para abrir la conversación.

En esa implacable autocrítica, integra a los personajes del universo literario. En los libros no sólo hay libros. Y así incluye ensayos sobre librerías, editores, bibliotecas, libreros, hasta la cantidad de tiempo que necesitaríamos para leer todos los libros que los ansiosos escritores desean publicar, sin parar (según Zaid, en el mundo se publica uno cada medio minuto). Desde ahí, suelta una propuesta lúdica, dirigida hacia los autores narcisistas que no sólo quieren ser leídos y publicados sin leer a otros. El ensayista sugiere que, por cada mil artículos leídos, de ficción o no, el autor tendría derecho a publicar uno. Propuesta juguetona que, seguramente, sería rechazada por la mayoría de los escritores, principalmente los bestsellers.
"La economía del cine exige eliminar el 99% de las posibles películas. La del libro, no. Si un título es viable para el gran público, puede buscar la circulación masiva; pero si no lo es, puede circular en otra escala. Basta con que sea de interés para unos cuantos miles de lectores".
Todo lo que concede este mundo de los libros, aquí se despliega y parece no tener fin, aún más si se compara con las ventajas que ofrece frente a otros medios como el cine y la televisión. Eso es lo más disfrutable de cada ensayo, las posibilidades que da el autor a un solo tema. Pero Gabriel Zaid no sólo sería el ensayista que ofrece nueva miradas para reflexionar. Su crítica hacia el nulo rigor (y ventaja también) para publicar, lo convierte en El Defensor del Lector, como si de derechos de audiencias se tratara.
Los demasiados libros es una obra con ensayos que se desarrollan con sencillez, originalidad y crítica. Fomenta el placer de leer, y es infinito en las lecturas que sugiere. Consigue lo impensable, acercar a no lectores e intelectuales pedantes. A esos que marginaron de los libros por pretensión, insinua que podrían tener mayor empatía por los privilegios que han gozado y que ahora, podrían utilizar para crear cultura. No la de hablar sobre lo incomprensible, sino la verdadera cultura, la de crear conversación y aprender en compañía.