"American Splendor", la película de los cómics de Harvey Pekar, retrata la vida común, esa tan complicada de sobrellevar
La vida común es complicada.
Nadie tiene las respuestas ante ciertas cuestiones de la existencia, como si ésta fuera un examen con una respuesta única.
American Splendor es, ante todo, una película realista. Una obra que habla sobre la vida tal cual es. Esto quiere decir que no se incluye violencia o escenas de una crudeza aterradora, en ocasiones más exprimidas de lo necesario, ya que hay un punto en el que para hablar de la realidad en una historia, deberían de incluirse estas dos cuestiones.
Ahora, cuando salimos a la calle nos encontramos con personas desconocidas. Bien hasta ahí. Es muy complicado que con una de esas personas entablemos -de la nada- una plática, de ésta una confusión por algo sin razón y de la confusión el malentendido que llega hasta los más altos límites del absurdo. Es muy disfrutable leerlo o verlo, quizá por el mismo sentido del disparate y que no creemos lo que sucede. Es la magia de la ficción. Pero eso no pasa en la vida real: las personas pasamos de largo, ya sea por prisa, porque no nos interesa o porque nos da pena.
De esta forma, cierta ficción se va por las ramas e incluso puede que esa su intención, sacarle jugo a la fantasía. Y sí, ese es su objetivo, crear algo a través de la imaginación, la distorsión o el maquillaje de ciertas cuestiones. La ficción no tiene porqué retratar la realidad tal cual es, aunque también puede inventar por completo una vida, con todas las imágenes mentales, prejuicios y estereotipo de por medio. Y es justo a lo que voy, existe mucha ficción así, aspiracional y que promueve un estilo de vida que, uno, encantado lo acepta y puede ir hacia él. Si uno no lo consigue, se sentirá terriblemente desgraciado.
Pero no hay otro motivo que la influencia que ha ejercido estas imágenes mentales a las que hemos sido sometidos y a partir de ahí, pensamos la vida. Quizá esto sea una exageración, aunque no lo sería tanto si recordamos que, la mayoría de las personas busca la felicidad, y en el camino, amigos y una pareja amorosa. No hay una película en que no se traten estos temas. American Splendor, dirigida por Shari Springer Bermanen y Robert Pulcini, no es la excepción. La verosimilitud con que lo aborda sí crea un nuevo rumbo de tratar la ficción.
La película nos muestra al protagonista Harvey Pekar (Paul Giamatti), un guionista de cómics que enfrentaba la vida como la cosa más difícil del mundo. Entonces, se puede caer en un hartazgo en cuanto a la actitud de Pekar, o bien, pensar que ya mejor hay que acabar con la vida de este hombre y con la nuestra de paso, para ya no ver este sufrimiento.
Este guionista de cómics se mueve entre la misantropía y el egoísmo, enmarcados en una incapacidad social para relacionarse. Así, por momentos podemos creer que vemos al ser que más sufre en el mundo, aunque pueda caminar, comer y tenga una casa. Si bien puedes caminar, comer y contar con la mayor comodidad pero sentir que estás acabado, con toda la soledad a tu alrededor. De nuevo, encontrar la vida y a nosotros mismos tal cual, sin falsas aspiraciones ni imágenes erróneas que vemos sobre los demás, calmaría un poco nuestra ansiedad. Obvio, pocas veces se piensa en esto y preferimos compararnos entre sí.
Nadie sabe cómo son las relaciones sociales, pese a que existan personas que parecen ser muy hábiles en el trato con los demás -con excepciones, ya que habrá quien se extrañe del entusiasmo de los primeros, reflejando que los hábiles no serían tan hábiles-. Pero también es interesante pensar si es la insatisfacción de lo que somos y hacemos, lo que da cuerda al mundo, ya que si no estamos bien con algo, o buscamos conseguirlo o lo criticamos a partir de lo que hacen las otras personas.
El filme está construido como película-documental sobre el cómic en el que se basa (
American Splendor, escrito por Harvey Pekar y dibujado por Robert Crumb). Así, por fragmentos vemos la aparición del Harvey Pekar Guionista, con su comentario sobre la historia que narra el guion o sobre él mismo. También aparecen varios integrantes que conforman la trama y algunos cómics. Es atractivo poder escucharlos y a la vez raro, por su aparición repentina.
American Splendor, la película posee muchas cosas American Splendor, el cómic, como imágenes con viñetas de la historieta o narración del proceso creativo del cómic, y esto aumenta el interés por la obra original. Además, la película tiene partes memorables que harán recordar a todos los creadores de una obra lo que significa inventar algo.
En cuanto a la actuación, Paul Giamatti envuelve por completo al representar a un ser con sus miedos y aspiraciones, y así dejando de lado al actor "Paul Giamatti". Incluso no se ve como un actor sino como Harvey Pekar. Hope Davis resulta agradable y logra una buena inmersión en la cinta. Judah Friedlander también impresiona. Se ve al personaje, no al actor. Y sobretodo, conmueve.
American Splendor es una película que a través de la verosimilitud, conquista con momentos conmovedores del ser humano en su vida cotidiana, además de lanzar reflexiones sobre la vida, la frustración, la soledad y las personas. Así, la película nos dice que todos estamos locos y tenemos dudas, igual que la persona de a lado, lo cual logra crear una consideración e incluso replanteamiento sobre cómo encaramos la vida en un día cotidiano.