Chile se coronó campeón
de una Copa América que -para muchos aficionados- le faltó algo y quedó sin chispa
en el terreno de juego. Y quizá los aficionados
tengan razón.
Pese que a la selección
chilena siempre mantuvo una verticalidad e intención por ir a ganar los
partidos, con un fútbol rápido, con nuevas formas a la hora de llegar y jugar
en el área chica -algo que ya es cada vez más difícil de ver-, hay quien dice
que se hizo todo lo posible para que fueran campeones.
Tal vez, pero en ese
caso sería de los equipos -quienes no manifestaban el deseo de ganar la Copa-,
no de la Conmebol o la FIFA, incluso. Pero aún así hay dudas.
¿En Chile se juega el
mejor fútbol de América? ¿Está en crisis el futbol latinoamericano? ¿Está en una transformación?
Primero, desde hace un
tiempo las Selecciones de fútbol dejaron de ser un reflejo del tipo de fútbol
que se juega en los países. Al menos en Latinoamérica. No se puede decir lo
mismo en Europa, de Alemania o España, los últimos referentes, donde los equipos
nacionales marcan un ritmo y estilo de juego idéntico a lo que se ve cada
semana en las ligas.
Entonces, de Chile se
escucha hablar de la Universidad de Chile, de Colo-Colo, de Universidad Española.
Y hasta ahí: el último campeonato internacional de un equipo chileno se remonta a la Copa Sudamericana 2011, con la U de Chile de, precisamente, el actual entrenador de la Roja, Jorge Sampaolli, quienes la consiguieron de forma invicta.
Ahora, es difícil mencionar -al menos a cinco jugadores de renombre
de los anteriores equipos. A mi mente vienen dos delanteros con una calidad y
presencia que espantarían a cualquier rival: Humberto Suazo y Esteban Paredes.
Los dos de Colo-Colo, los dos vinieron a México y fueron jugadores de la
calidad que deberían de venir a México: goleadores que no dejan indiferente a
nadie.
Pero si de popularidad se tratara –aunque ayuda-, entonces la Major
League Soccer de Estados Unidos sería la que tiene el fútbol más atractivo de
América. Qué cosa más alejada de la realidad.
Y entonces la que sigue: estrellas
como Paolo Guerrero, Valdivia, Ganso, etc, fútbol
ofensivo, equipos con calidad marcada (equipo chico- equipo grande), la cosa se
equilibra. Ése es el Brasileirao. La liga que
tiene los equipos latinoamericanos que más proponen durante sus juegos.
Nada que ver con su Selección. Algo bien sabido: Brasil no es la misma del
Mundial 2006. Esa última etapa del fútbol técnico, creativo y ofensivo
brasileño de la que nadie creería –en su momento- iba ser la última etapa.
Es claro decir que el
futbol latinoamericano son dos partes: las ligas y las Selecciones. De la lista
de 23 jugadores disponibles para la Copa América 2015, Chile contó con 4 que
participan en el Campeonato Chileno. 19 jugaban fuera de Chile. De los 19, el
nivel de calidad en su juego no es el que se juega en Chile.
Y así sucede con
Argentina, Brasil, Perú, Uruguay, Colombia, Ecuador, etc. Incluso con México en
su equipo oficial y titular: ha llegado a jugar hasta con 8 futbolistas que no
están en México.
¿La cuestión es
desfavorable para la misma selección? Lo dudo, pues si Argentina, referente en
esto, con un futbolista de clase como es Lionel Messi y que juega con sus
compañeros argentinos -de un nivel incomparable a los que tiene en Barcelona-,
ha logrado llegar a la final de dos torneos consecutivamente (Mundial Brasil
2014 y Copa América Chile 2015), ¿por qué otras selecciones no habrían de
hacerlo?
El único inconveniente de estas selecciones “extranjeras” (por así
decirlo) que no triunfan -Argentina casi lo hace. Chile ya lo hizo-, es que en
vez de beneficiar y fortalecer a su propia liga, lo que hacen es alejarse,
debilitar e incluso desunirse -si es que en algún momento estuvieron unidas.
Reitero, una liga y una Selección en Latinoamérica son dos cosas aparte,
materias que están ahí pero no tienen que ver una con la otra.
Aquí la segunda parte del artículo